El primer paso es reconocer la sensación tal cual es sin reaccionar ni añadir ninguna opinión.
Luego nos damos cuenta de los apegos que tenemos a estas sensaciones agradables o desagradables.
El apego nos persigue siempre hasta que alcancemos la liberación (la iluminación es la limpieza total de condicionamientos mentales y emocionales).
Muchas veces rechazamos las sensaciones desagradables y las queremos suprimir pero eso no nos ayuda. Cualquier sensación reprimida y suprimida se vuelve destructiva y se expresa incluso con enfermedades (la enfermedad como una forma de liberar las sensaciones reprimidas).
En meditación hay que permitir que estas sensaciones pasen a la consciencia. A menudo se las reconoce con un dolor físico y otras con un dolor emocional. Entonces hay que estar con el dolor sin controlarlo ni reprimirlo, más bien hay que darle la bienvenida, como invitándole a expresarse: «quienquiera que haya ahí te quiero conocer, adelante». Si en meditación uno llora normalmente significa que se está liberando el dolor.
Cualquier sensación es muy importante, no hay que darle menos importancia a una sensación que nos parezca nímia. Y las sensaciones que nos parecen negativas necesitan más de nuestra atención y cuando la obtienen ellas mismas se transforman.
Sesiones gratuitas de Meditación Vipassana
Días:
lunes y miércoles de 20:00 a 21:00
Lugar:
Floridablanca, 65, Entresuelo 6, 08015 Barcelona
Diego says
Hola
Se le puede llamar sensación a los pensamientos también ?