“Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres….
ésas….¡no volverán! (Bécquer)
Ni volverán mis 27 años, ni aquellos en que sentí una felicidad maravillosa donde me unía al vaivén del mar y los rayos de sol eran como la luz divina que debía proyectarse en el refugio de mi alma.
Todo eso que viví esos días “no volverá”.
Escribo para dar a entender qué es escritura automática cuando acabo de recordar el poema de Bécquer que leía a los 27 años.
Y no debo parar de escribir ni siquiera para pensar cómo debo hacerme entender, ¿comprendéis?. La automática es esto. Y tal vez yo doy la consigna en mis talleres de empezar con el verso “esas, no volverán” y todos los participantes deben lanzarse a escribir partiendo de ese potente verso. Y salga lo que salga, no vale pararse a pensar. Pensar, si, claro, uno no para de hacerlo, pero sin detener la mano y seguir escribiendo como yo ahora. Y si hay faltas de ortografía, obviarlas. Creo que yo no las hago porque estoy acostumbrada y este escrito está retocado al pasarlo al ordenador.
Tal vez llevamos ya 7 minutos escribiendo y doy la orden de cambiar a la mano izquierda.
“No veo principio ni fin con esta mano ay, porque es la del corazón. Y el miedo en el túnel de Paseo de Gracia es el miedo al amor”.
Qué fuerte porqué me acabo de dar cuenta de esto, de que el miedo a no encontrar principio ni fin en el pasillo largo de Pso de Gracia equivale a mi miedo a abrir mi corazón. El miedo al amor. Mi mano izquierda me ha dado la respuesta, de verdad, tanto tiempo buscándola y de pronto mi izquierda me la ha puesto sobre el papel y se me ha hecho claro.
Pues en esto consiste la escritura automática. Y hay mil variaciones y posibilidades tantas como días tiene el año.
Lo que uno dice cuando escribe y a dónde uno llega sin saberlo de antemano no volverá, no se repetirá, pues ya será otro momento.
Deja una respuesta